Muchos habréis oído hablar de sobre analítica web y, también, sobre el famoso Google Analytics. ¿Qué es la analítica web? ¿Para qué sirve? ¿Cuál es su función? Hay muchas definiciones al respecto y los grandes expertos tienen su opinión particular, para mí se trata de la recogida de datos sobre la página web para estudiarlos correctamente y así poder tomar las decisiones óptimas.
Para recabar la información tenemos muchas posibilidades, gratuito o no, enfocado a tiempo real o no y con diferentes grados de exactitud. Google ofrece Analytics que es gratuito, las alternativas a Google son: StatCounter, Woopra, Clicky, Piwik, Kissmetrics, FoxMetrics, Mixpanel, OWA (Open Web Analytics), WordPress.com Stats, Stat24 o Mint. Nuestras neuronas son el arma más potente, junto a la lógica, para interpretar los datos que nos ofrecen las distintas herramientas. La analítica web nos permite responder a preguntas tales como: ¿De dónde vienen las visitas? ¿Qué hacen los usuarios mientras están en el sitio web? ¿En qué parte del proceso de compra abandonan los usuarios? ¿Dónde hay más abandonos en la página web? ¿Dónde hay que aplicar medidas de marketing, SEO o diseño web?
La belleza de la analítica reside, como en las matemáticas, en la relación existente con toda la comunicación 2.0: SEO, marketing, diseño web, WPO o el resto de las demás técnicas que hay. Cuándo detectamos un problema en una página en concreto puede deberse a cualquier factor dicho anteriormente. Siempre teniendo muy en cuenta que la capacidad para medir y cuantificar nuestros datos y acciones posteriores tomadas bajo decisiones es fundamental y esencial. Indistintamente de una elección mejor o peor para nuestros objetivos y los caminos para alcanzarlos, pero si no calibramos y cuantificamos no hay nada que hacer.
Algunos ejemplos de objetivos son: de negocio, la respuesta a la pregunta «¿por qué o para qué existe mi página web?» es la piedra angular de nuestra estrategia; individuales, aparte del objetivo general necesitamos algunos concretos como cantidad de suscripciones, aumento de ventas o incremento de visitas; Indicadores Clave de Rendimiento (KPI), son métricas cuya finalidad es cuantificar la cercanía o lejanía a un objetivo de negocio (para conseguir suscriptores un KPI podría ser el número de personas que visita la página de formulario o el número de clics que recibe la url) y métricas, son variables que nos sirven para cuantificar los KPI, ejemplos son visitas, porcentaje de visitas nuevas o tiempo medio del visitante.
La analítica web sirve para detectar cambios que realizamos en nuestra estrategia. Podemos cuantificar si son buenos o malos y porqué. Determinar que acciones efectúan los usuarios en la web durante su recorrido para comprender dónde están nuestros aciertos y errores. Detectando por dónde entran y salen los visitantes comprendemos qué realizan en nuestro sitio y contrastarlo con nuestros objetivos y metas que habíamos fijado de antemano viendo si se cumplen o no. En definitiva: la experiencia de usuario resulta crucial y aprender sobre las necesidades de los navegantes.
Hay empresas que se dedican a generar contenido, SEM o diseños originales pero por poderosas que sean las herramientas que empleamos, si no tenemos unos objetivos y metas definidos pudiendo cuantificar «la potencia sin control no sirve de nada». Derrochar el dinero no es práctico para la mayoría de las empresas, la clave está en la optimización. Es decir, incrementar los beneficios y reducir los gastos dentro de lo posible.
La analítica web no es algo aislado como he expuesto a lo largo del post: no podemos olvidarnos de nuestra competencia en este mundo tan competitivo. Vigilar y observar lo que ejecutan puede favorecer a nuestros propios intereses. Asimismo, la comprensión sobre el mercado en el que nos movemos y nuestra posición también es una variable muy importante a tener en cuenta. Conocer en el punto en el que estamos y a dónde queremos llegar fijando nuestras ambiciones. Antes de actuar conviene reflexionar y pensar los datos que hemos recogido con nuestras herramientas: la precipitación no es buena consejera.
Me despido con una cita de William Pepperell Montague (1873-1953), un filósofo estadounidense: «De acuerdo con la nueva física, lo que no se puede medir no existe físicamente». Es decir, «Lo que no se puede medir, no se puede gestionar». Si no analizamos nuestras web, ¿cómo podremos administrarlas de forma óptima?