Los mitos de la creación son narraciones sobre el origen del mundo y cómo surgieron las personas. Muchas culturas atribuyen una verdad o dicen que se basan en hechos históricos para sostener su mito de la creación. Independientemente de su origen, los mitos transmiten valores. Incluso un reflejo de la forma de pensar de las sociedades, es decir, los mitos de la creación abordan cuestiones significativas para la sociedad: revelando su idiosincrasia, su cultura y del propio individuo en un contexto universal.
Los mitos de la creación suelen considerarse relatos sagrados y pueden encontrarse en casi todas las tradiciones religiosas conocidas. A menudo salen deidades de toda índole, suelen estar ambientados en un pasado tenue e inespecífico. Los mitos de la creación vivien en las tradiciones orales y, por tanto, suelen tener múltiples versiones.
Los tipos en los mitos de la creación
Mircea Eliade y Charles Long han clasificado las mitologías en cinco grandes tipos:
- Ex nihilo (la creación se produce por el pensamiento, la palabra, el sueño o las secreciones corporales de un ser divino).
- Caos primordial (división u ordenación del caos primordial, como la rotura de un huevo cósmico).
- Heredado (creación por desmembramiento de un ser primordial).
- Emergente (los progenitores pasan por una serie de mundos y metamorfosis hasta llegar al mundo actual).
- Buceador (un buzo enviado por un creador, se sumerge en el fondo del mar a través de un océano primordial para sacar arena o barro que se convierte en un mundo terrestre).
Marta Weigle desarrolló más esta tipología para destacar nueve temas. Añadió el deus faber (una creación elaborada por una deidad), la creación a partir del trabajo de dos creadores que trabajan juntos o en contra del otro, la creación a partir del sacrificio y la creación a partir de la división o conjugación.
Mitos ex nihilo
Cuando decimos el mundo fue creado por la Palabra (o Verbo), nos viene a la cabeza la Biblia, ¿verdad?
El mito de que Dios creó el mundo de la nada, literalmente en latín ex nihilo, es la base para el judaísmo, el cristianismo y el islam.
No todo es blanco o negro, recordamos que el concepto no se encuentra en toda la Biblia hebrea. Los autores del Génesis no se ocuparon de los orígenes de la materia, sino de asignar papeles para que el Cosmos funcionara. A principios del siglo II d.C., se empezó a crear un conflicto entre la idea de la formación del mundo y la omnipotencia de Dios. A principios del siglo III, la creación ex nihilo se había convertido en un principio fundamental de la teología cristiana.
Aquí tenemos que Ra, con su pensamiento, generó a los dioses porque se sentía solo.
La creación ex nihilo también existe en los mitos de la creación del antiguo Egipto, del sánscrito recogido en el RigVeda y de muchas culturas animistas de África, Asia, Oceanía y América del Norte. En la mayoría de estos relatos, el mundo surge por la palabra, el sueño, el aliento o el pensamiento puro de un creador, pero la creación ex nihilo también puede tener lugar a través de las secreciones corporales de un creador.
Estas mitologías, como las demás, tienen una creación «caótica»: el potencial y la sustancia de la creación surgen del interior del creador. Dicho creador puede existir o no en un entorno físico como la oscuridad o el agua, pero no crea el mundo a partir de ellos, mientras que en la creación a partir del caos la sustancia utilizada para la creación es preexistente dentro del vacío no formado.
Mitos del caos
Una aclaración importante. Cuando nos referimos a caos, es según la concepción griega, no la confusión a la que estamos acostumbrados. Según la RAE es la acepción 1, es decir, «estado amorfo e indefinido que se supone anterior a la ordenación del cosmos».
En estos mitos al principio solo hay caos y, a veces, también se llama vacío o abismo. En otros mitos contiene el material con el que se hará el mundo. Además, puede describirse que tiene la consistencia del vapor o del agua, sin dimensiones, y a veces salado o fangoso. Estos mitos asocian el caos con el mal y el olvido, en contraste con el cosmos (orden) que es el bien.
El acto de la creación consiste en poner orden a partir del desorden, y en muchas de estas culturas se cree que en algún momento las fuerzas que preservan el orden y la forma se debilitarán y el mundo volverá a ser engullido por el caos o abismo.
Esta concepción me recuerda un poco a la Teoría del Big Crunch en el que se hipotetiza que si la velocidad de expansión no es lo suficientemente fuerte, el universo se volverá a contraer en una gran implosión. Esto podría crear una oscilación creando y destruyendo universos.
El ejemplo por antonomasia lo tenemos en la mitología griega que luego recogieron los romanos. Ahora nos da igual las disquisiciones entre el periodo arcaico y clásico sobre cómo surgió el universo y las fuerzas primordiales que acompañaban al caos.
La mitóloga egipcia también parte del caos y según las versiones tenemos un huevo cósmico del que surgió Ra.
Otro ejemplo es el relato de la creación del Génesis, del primer capítulo del Libro del Génesis.
La mitología hawaiana cuenta que tres deidades, los Ku-Kaua-Kahi (Unidad Suprema Fundamental), existían antes y durante el Caos desde la eternidad. Los Ku-Kaua-Kahi rompieron la Noche circundante y la luz entró en el universo. Así crearon tres cielos para que sirvieran de morada junto con la tierra, el Sol, la Luna, las estrellas y los espíritus asistentes.
Mitos heredados
Existen dos tipos de mitos sobre la herencia, ambos describen la separación o la ruptura de una entidad primigenia, el padre o los padres del mundo.
El primer tipo se basa en un estado primigenio como una unión eterna de dos padres, y la creación tiene lugar cuando los dos se separan. Los dos progenitores se identifican comúnmente como el Cielo (normalmente masculino) y la Tierra (normalmente femenino), que en el estado primitivo estaban tan estrechamente unidos el uno al otro que no podía surgir ninguna descendencia. Estos mitos suelen representar la creación como el resultado de una unión sexual y sirven de registro genealógico de las deidades nacidas de ella.m Aquí tenemos a Rangi y Papa en la mitología maorí y el poema de Enūma Eliš que describe el inicio del mundo en la mitología babilonia son ejemplos.
El segundo tipo, se caracteriza porque la creación surge de partes desmembradas del cuerpo del ser primigenio. A menudo, en estos relatos, los miembros, el pelo, la sangre, los huesos o los órganos del ser primigenio son cortados o sacrificados de alguna manera para transformarse en cielo, tierra, vida animal o vegetal y otros rasgos mundanos. Estos mitos tienden a enfatizar las fuerzas creativas como de naturaleza animista más que sexual, y representan lo sagrado como el componente elemental e integral del mundo natural Un ejemplo de esto es el mito nórdico de la creación descrito en Völuspá, el primer poema de Gylfaginning. También, el gigante Pangu del que surgió el mundo en la mitología china.
Mitos emergentes
En los mitos emergentes, la humanidad surge desde otro mundo. El mundo anterior suele considerarse el vientre de la madre tierra, y el proceso de emerger se asemeja al acto de dar a luz. El papel de partera lo suele desempeñar una deidad femenina, como la mujer araña de varias mitologías de los pueblos indígenas de América. Los estudiosos suelen considerarlos como un contrapunto a los mitos de creación orientados al hombre, como los de la variedad ex nihilo.
Los mitos emergentes suelen describir la creación de personas o seres sobrenaturales como un ascenso por etapas o una metamorfosis desde formas nacientes a través de una serie de mundos subterráneos hasta llegar a su lugar y forma actuales. El paso de un mundo o etapa al siguiente es impulsado por fuerzas internas, un proceso de germinación o gestación a partir de formas embrionarias anteriores.
Las culturas nativas americanas abundan este tipo de mitologías. Los kiva, empleados por la mitología hopi, tienen el sipapu es un pequeño agujero redondo en el suelo que representa el portal por el que salieron los antepasados por primera vez. (El agujero más grande es un pozo de fuego como en el Parque Nacional de Mesa Verde). Los navajo también tiene algo análogo.
El cosmos maya también se enmarca en esta tipología.
Mitos buceadores
El buceador de la tierra es un personaje en el que un ser supremo suele enviarle (la mayoría de las veces un animal, un tipo de ave, pero también crustáceos, insectos y peces en algunas narraciones) a las aguas primigenias para que encuentre trozos de arena o barro con los que construir una tierra habitable.
La antropóloga estadounidense Gladys Reichard localizó la distribución deste mito en «todas las partes de América del Norte», salvo en unos pocos casos. En un estudio de 1977, el antropólogo Victor Barnouw conjeturó que el motivo del buceador de tierra apareció en «sociedades cazadoras-recolectoras», como por ejemplo entrelos hare, dogrib, kaska, beaver, carrier, chippewyan, sarsi, cree y montagnais.
Las historias de Europa del Este también recogen al buceador como en las mitologías romaní, rumana, eslava y lituana.
El patrón de distribución de estos relatos sugiere que tuvieron un origen común en la región costera de Asia oriental, que se fue extendiendo a medida que los pueblos migraban hacia el oeste, hacia Siberia, y hacia el este, hacia el continente norteamericano. Sin embargo, hay ejemplos de este mito que se encuentran bastante fuera de este patrón de distribución boreal: la creación yoruba de África occidental de Obatala y Oduduwa.
Los nativos americanos en relación con la creación del buceador de la tierra comienzan cuando los seres y las formas potenciales permanecen dormidos o suspendidos en el reino primordial. El buceador de la tierra es uno de los primeros en despertar y sentar las bases necesarias construyendo tierras adecuadas donde la creación podrá vivir. En muchos casos, estos relatos describirán una serie de intentos fallidos de hacer tierra antes de encontrar la solución.
Ejemplos son el castor, la nutria, el pato y la rata almizclera, se sumergen en las aguas para coger barro para construir una isla.