Misterios de la mitología celta

Lo sucedido con la mitología celta es paradógico e instructivo: llegó a dominar gran parte de Europa y las islas británicas, pero los romanos y el cristianismo la llevaron al olvido. Lo poco que sabemos sobre la mitología celta es por los escritos de romanos y cristianos. ¿No te parece llamativo?

Los celtas no estaban unidos políticamente, sino que compartían lengua y cultura similares.

La palabra celta aparece por primera vez por el geógrafo e historiador griego Hecateo de Miletos que vivió sobre el siglo V a.C que trató de separar lo histórico de la mitología. Los romanos los conocieron como Galli (galos) a los pueblos celtas que habitaban no solamente la Italia del Norte y la Alemania del Sur, sino los países entre el Rhin y los Alpes, los Pirineos y el Océano.

Los druidas

Se cree que el origen de druida proviene de la palabra «roble» en celta. Los druidas eran la casta sacerdotal con funciones de magia, sacrificio y augurio. La transmisión de sus enseñanzas era de forma oral, lo cual fue una desgracias para conocer sus costumbres al desaparecer su religión. Irónicamente, se conocen testimonios a través de romanos como Julio César en su campaña contra los galos y de cristianos más tarde.

Los druidas realizaban sacrificios humanos y de animales para sus rituales. Predecían el futuro observando el vuelo y las llamadas de los pájaros. Cuando se clavaba una daga en el pecho a una víctima humana, observaban la forma en que convulsionaba los miembros y fluía la sangre para predecir el futuro.

Tenían ceremonias con la naturaleza y contaban con adivinos, incluida la comunicación con los muertos, y bardos, transmitían las historias y mitos de unos a otros, además de los druidas propiamente dichos. Se comentaba que actuaban de jueces y estaban exentos de ir a la guerra.

Su religión no permitió representar imágenes de los dioses y hasta no hace mucho se creía que no habían construido templos (se descubrieron restos arqueológicos).

Héroes celtas

Bran mac Febal fue uno de los héroes más conocidos. Él junto con 27 compañeros se embarcaron en busca de Emhain, la Tierra de Promisión, un sitio donde no existen las penas, el odio ni la muerte, donde la música, los placeres y el vino son interminables. Tras las aventuras propias de un héroes, llegaron a la isla de las Mujeres: son recibidos con honores, hay una mujer para cada compañero y los alimentos son inagotables. Cuando al año de permanecer, tienen añoranza de su tierra la reina les advierte lamentarían su retorno y que, en cualquier caso, no tocasen la tierra de Irlanda. No siguieron su consejo y al volver a su patria, las personas no les reconocen, solo recuerdan lejanamente el viaje de Bran mac Febal que formaba parte de sus antiguas historias. Un compañero pisó el suelo y se convirtió en polvo. Bran relató sus aventuras a los ciudadanos que estaban en la orilla y partió sin que nadie supiera de su destino.

Oisin, poeta irlandés, fue amado por Niamh la de los Cabellos de Oro, quien lo llevó a Tir Nan Og (el país de los Sidhe), donde el tiempo no existía y la hierba era verde siempre y las frutas y las flores podían ser recogidas del mismo árbol a la vez. Fue una de las tierras adonde los Tuatha dé Danann se retiraron luego de ser derrotados por los hijos de Mil. Tras unas cuantas aventuras, se casó con Niamh y reinó durante tres años. Oisin extrañó la tierra de Irlanda y regresó tras el aviso de su esposa de no descender de su caballo. Cuando llegó a su patria, habían transcurrido trescientos y sus paisanos conocían la historia de un tal Oisin, héroe de tiempos legendarios.

Paralelismo con Odiseo

Odiseo (Ulises en latín), el paradigma de héroe viajando por mar, tiene sus semejanzas con estas historias. No olvidemos que a través de la península ibérica, llegó el alfabeto griego llegó hasta los celtas muchos años antes, entonces no es descabellado que también mitos y leyendas. Estuvo un año en la isla de la hechicera Circe en la que sus compañeros se convirtieron en cerdos, en otra isla la ninfa Calipso le prometió la inmortalidad, pero Ulises desea volver a casa. Odiseo estuvo veinte años fuera de casa y no le hicieron en su ímpetu.

Más allá de los paralelismos del deseo de volver a casa o territorios fabulosos, ¿no te parece curioso que los celtas intuyeran mucho antes la teoría de la relatividad de Einstein?

Los sídhe: refugio de las hadas

Las hadas son descendientes de los Tuatha Dé Danann, que fue exiliado a esa dimensión tras la invasión de Irlanda por los gaélicos procedentes de España. A los Tuatha en los sídhe, nombre céltico para referirse en los sitios donde se asientan los monumentos megalíticos. De ahí proviene el nombre de las hadas en Irlanda: daoine sídhe.

La mitología asturiana tiene una analogía con las xanas, la hadas locales, en las que solcían bailar en corro en torno a su reina.

Los paraísos celtas

El Otro Mundo es algo muy común en las leyendas celtas. El Tír na nÓg es la tierra de los bienaventurados, un lugar eternamente verde y Mag Mell es la planicie del deleite. Tír na mBan es la isla de las mujeres donde el héroe Bran estuvo un año, pero pasó 300 en el mundo real.

En relatos posteriores cristianizados, San Amaro describía a doncellas que bailaban y cantaban en los prados alrededor de la más bella de ellas, la Virgen María.

El manzano y la inmortalidad

En la mitología celta el manzano es el árbol del Otro Mundo y aparece en relatos irlandeses y galeses.

En los mitos artúricos, Ávalon fue la isla donde fue llevado el rey Arturo tras su derrota en la batalla de Camlann. Geoffrey de Monmouth describió la Insula Pomorum «Isla de los manzanos» como un lugar verde donde «ni granizo, ni lluvia, ni nieve caían», iban a parar los guerreros muertos en la batalla y en cuyo centro se alzaba una pequeña ermita edificada por José de Arimatea (por influencias posteriores del cristianismo).

La última isla en el viaje de Bran mac Febal tiene el nombre de Emain Abhalach, la Pomarada Bendita.

Mitología celta

Como no existen registros escritos sobre las leyendas de los propios celtas, lo que nos ha llegado a nuestros días es por fuentes romanas como Julio César y, más tarde, por cristianos. Obviamente, cada uno adaptó un poco la mitología según entendían el mundo. Se cree que había más de 300 deidades y la adoración del mismo dios dependía bastante de la región.

Se cree que al principio hubo varias guerras entre dos razas diferentes: los Tuatha Dé Danann, literalmente las «Tribus de la diosa Dana» y los dioses del panteón irlandés y los Fomoré, unos gigantes que vivían en las islas que rodeaban Irlanda y su amenaza de invasión constante. Los Tuatha Dé Dannan representan la realeza, las artes y la guerra, mientras que los Fomoré, la naturaleza salvaje y el caos.

Al final los humanos se impusieron en Irlando y los Tuatha Dé Danann se exiliaron.

Dagda

Uno de los dioses principales para los celtas fue Dagda. Es dios de los druidas, señor de los elementos y del conocimiento, jurista y temible guerrero. Lideró la victoria durante la segunda batalla de los Tuatha Dé Danann contra los Fomoré. Dagda significa «dios bueno» porque es bueno en todo lo que hace.

Se solía contar sobre Dagda su gran glotonería y gran pasión sexual. Llevaba un caldero con contenido inagotable, claro prototipo del Grial.

Su arma era una maza: si golpeaba a alguien con uno de sus extremos, moría; con el otro, lo resucitaba. Es decir, ambiguo y con fuerzas para ser empleadas para el bien o el mal.

Balar

Balar fue un gigante Fomoré que poseía un ojo en la frente y otro en la parte posterior del cráneo, que era maligno y su mirada era mortal cuando lo abría. Mató a Nuada, rey de los Tuatha Dé Danann, y luego su nieto Lugh le dio muerte para vengar su muerte.

Morrigan

Morrigan, significa «la reina de los fantasmas», era la diosa de la muerte, destrucción y el destino. Era una diosa tripartita con tres personalidades diferentes. Se la suele representar con un cuervo o una corneja.

Se conoce que ayudó y estorbó a la vez al héroe Cúchulain en sus aventuras.

Lugh

Su nombre proviene de una palabra indoeuropea que significa «blanco», «luminoso» o «cuervo».

Lugh (o Lug) es un dios con que aparece en multitud de sitios desde Irlanda a Galia. Por ejemplo, Lugdunum (Lyon), Lucus Augusta (Lugo) y Lucus Asturum (Lugo de Llanera).

Lugh se describía como un hombre joven. Es el dios más importante de la mitología irlandesa: es el «dios sin función» porque las tiene todas. Lugh pertenece a los Tuatha Dé Danann por su padre y a los Fomoré por su madre. En una batalla se impone como caudillo de los Tuatha dé Danann y los conduce a la victoria, matando a su abuelo Balar. Sus armas eran la jabalina y la honda.

Teutates

Era un dios guerrero y protector de las tribus; recibía muchos sacrificios por parte de los druidas. Se le identificaba como Marte para los romanos y Dagda para los irlandeses.

Taranis

Taranis era el dios del trueno, de la tormenta y el cielo. Era un dios temido porque para aplacar su ira se le dedicaban sacrificios.

Otras deidades

Brigid (Brigit) era la diosa del fuego y la poesía y pertenecía a los Tuatha Dé Danann. Según algunos expertos, su nombre significa «altura» o «eminencia». El fuego se le relacionaba con los guerreros y los labradores.

Goibniu era el dios herrero de los Tuatha Dé Danann y el señor de los artesanos. Su nombre proviene de la palabra celta «Goibniu», un derivado de herrero. Presidía un festín de inmortalidad en el que los dioses se regeneran comiéndose unos «cochinos mágicos».

Dian Cecht era el dios de la medicina y en algunas batallas abría una fuente de salud donde mezcla hierbas que le permitían devolver la vida a los guerreros heridos o muertos.

Angus era el dios del amor que poseía un manto de invisibilidad que servía para proteger a sus favorecidos.

Se le relaciona con Thor en la mitología nórdica y con Júpiter en la romana.

Merlín y Arturo

Arturo es muy conocido en la tradición celta. Fue un caudillo guerrero, un jefe de jinetes que alquilaban sus servicios a los reyes britanos hacia el año 500 d.C. en la lucha contra los invasores sajones. Sus éxitos fueron muy grandes y la leyenda se encargó de magnificar sus logros, llegando a dimensiones de mito con poderes sobrenaturales.

Merlín vivió setenta años después del Arturo histórico. Fue un reyezuelo en la Baja Escocia que perdió el juicio tras una batalla, se refugió en un bosque y se puso a profetizar. La leyenda creó y magnificó lo que hizo en el bosque: controlaba a los animales y equilibraba a la naturaleza. Nosotros le conocemos como el mago Merlín.

El mito celta juntó a ambos personajes convirtiéndolo en el paradigma de un mundo ideal con el eje rey (Arturo) y druida (Merlín) a posteriori de las primeras leyendas.

Imagen del trisquel de roblfc1892.

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¿Cuáles eran los dioses celtas más importantes?

Los dioses más importantes eran: Dagda, Ligh, Morrigan, Balar, Teutates y Taranis.

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¿Qué hacían los druidas?

Los druidas eran la casta sacerdotal con funciones de magia, sacrificio y augurio. Incluso, los bardos cumplían su función de trasmitir conocimientos de unas generaciones a otras.

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