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Los incas, una religión perdida

Un poco de mitología inca

En la isla del Sol, en el lago Titicaca, Manco Capac y su hermana Mama Ocllo, vinieron a la tierra como hijos del Sol. Luego se encaminaron hacia el norte. Allí se detuvieron y fundaron el imperio Inca. De ellos descendería el clan inca, que habría de imponerse a los miserables quechuas (según la versión inca) que habitaban la región de Cuzco.

Ese era el lugar destinado por el dios Sol, padre de los dioses creadores, Cuzco, «centro de la Tierra», situado a 3400 metros sobre el nivel del mar, en un fértil y resguardado valle. Allí se alzó la capital del imperio, llamado Tahuantinsuyo, es decir, «de los cuatro cantones». El imperio se extendía desde el sur de la actual Colombia hasta el norte de Argentina, limitado por Occidente por el océano Pacífico y a oriente por Amazonía, con sus caníbales en lucha permanente con los limítrofes.

Manco Capac fue el inicio de una dinastía y se sitúa en el año 1100. Uno de sus sucesores más famosos fue Capac Yupanqui que venció a las tribus enemigas que atacaron Cuzco en el naciente imperio. El inca Roca inició otra dinastía en la que se siguió extendiendo el imperio hasta someter la región del lago Titicaca.

Viracocha fue el rey más conocido que gobernó el imperio inca durante 50 años. No lo tuvo fácil, aseguró el trono frente a rivales internos y externos, además de conquistar como la costa chilena y el país de Atacama. Sus hijos también se enfrentaron a revueltas.

Pachacutec o Pachacuti fue el gran conquistador recuperando territorios independizados y añadiendo nuevos. Además, legisló, organizó el imperio y embelleció la capital. Su nieto, Huaya Capac falleció en 1525 justo con la llegada de los conquistadores españoles. A su muerte sus hijos hicieron una guerra civil que fue aprovechada por Pizarro y mandó asesinar al ganador, Atahualpa en 1533 siendo el último rey inca.

El poder de los tótems

No conocemos demasiado bien la religión de los incas, que parece conservar mucho de los caracteres primitivos con totemismo, animismo y fetichismo. Cada clan o ayllú tenía su tótem y lo mismo ocurría en los barrios de Cuzco, en las aldeas y provincias. El tótem del clan inca sería el halcón, el sol o el arcoíris. Tótem también era el puma, el jaguar, el cóndor, la serpiente, el halcón, el ñandú, las fuentes, las rocas y los lagos. Los tuncas tenían como tótem el mar.

El animal tótem era el antepasado y, por tanto, no podía ser muerto y su disfraz se usaba en las fiestas. El huaca era el poder misterioso o espíritu protector. A su lado se dan los protectores individuales o fetiches (conopa) personificados en objetos de forma curiosa o en figuritas de piedra o cerámica que se transmitían dentro de la familia.

Ritos y sacerdotes

El sacrificio era un rito fundamental. Predominaba el sacrificio animal, sobre todo de llamas, mientras que los sacrificios humanos eran muy raros. Por lo general, consistían en niños y en doncellas en ocasión de un nuevo reinado y se les ahogaba o decapitaba.

Se ofrecía chica y coca a los dioses.

Se practicaba la confesión ante un sacerdote (ichuri) y la penitencia.

Otros ritos eran el de imposición de nombre, el corte de cabello al llegar a la pubertad, oración, cantos, etc.

El ayuno preparaba a los fieles para las festividades, en que abundaban las libaciones y danza. Entre las fiestas se encontraban las del solsticio y de purificación, que alejaba el mal de la ciudad.

Tenían muchos sacerdotes. El sumo sacerdote era el huillac-humu, que junto a los diez amautas, pertenecían al clan de los incas y conservaban las tradiciones religiosas. Existían otros sacerdotes menores que se dedicaban a la medicina y a la adivinación.

El dios Sol en el panteón inca

Por encima de los tótems, existía la religión oficial: la religión del dios Sol, la cual fue impuesta por los incas agregándoles los dioses de los pueblos sometidos como Viracocha (relacionado con los aztecas) o Tonapa de los aymaras y Pachacamac y coniraya de los yuncas.

El nombre del sol, dios supremo de los incas, es de Inti o Punchan, que se representa como forma humana con serpientes en los brazos y pumas sobre los hombros, saliendo tres rayos de la parte posterior de la cabeza. Solo los incas podían pronunciar su nombre. Su hermana y esposa era Quilla, la Luna.

Otros dioses del panteón inca eran Chucuilla, dios del rayo y de l afecundidad; Illapa, dios del trueno; Pachacaman, dios de la tierra (por lo que se se le dedican grandes montones de piedras); Nina, diosa del fuego; así como el planeta Venus y otros astros.

Conservamos relatos de diversos mitos, como el de las tres divinidades forasteras: Viracocha, Pachacamac y Con. También el de los hermanos Ayar y la roca de Pacari-Tampú. En la mitología yunca, Orión desempeña un papel junto a las Pléyades, en que el espíritu del mal era preso y conducido a ser pasto de los buitres. Las luchas de tales demonios se representaban con frecuencia en la cerámica.

Orígenes inciertos de los cronistas

Por su interés, dejo las siguientes palabras de Pierre Honoré sobre la mitología inca.

Según Cieza de León, antiguo cronista del Perú, apareció mucho antes de que los Incas un hombre blanco y barbiluengo en el lago Titicaca; personaje prodigioso que inició a los indígenas en los secretos de la civilización y de la moral; fue el creador de todas las cosas y ordenó a los hombres que se amaran los unos a los otros, y que por nada del mundo recurrieran a la violencia. Era el Tiki-Viracocha.

El «dios blanco» que llevaba barba y era tan blanco como nosotros -dice el cronista- edificó una gran ciudad en la que se erigieron muchas estatuas suyas, así como en los demás templos del país.

Más tarde abandonó a su pueblo, pero antes de irse a otra tierra exhortó nuevamente a los hombres que no olvidaran jamás sus enseñanzas. Cuenta Juan de Betanzos que embarcó en el lago Titicaca, dirigiéndose desde allí con su séquito hacia Tiahuanaco. Creó el sol y las estrellas para ahuyentar de la tierra a las tinieblas. Luego, convirtió grandes piedras en hombres y animales y dio un rey al género humano.

Otros cronistas del Perú, cuentan que en las orillas del lago Titicaca aparecieron un buen día hombres blancos barbudos, que fundaron una ciudad y civilizaron a sus habitantes. La urbe era tan grande, tan extensa, que de ella decía los indios que la habían edificado gigantes blancos miles de años antes de los incas. Hasta aquí los cronistas.

Parece que posteriormente el dios blanco guerreó con el cacique Cari, de Coquimbo, quien le venció y degolló a todos sus hombres, destruyó la ciudad y solo se salvaron las mujeres y los niños. Pero el dios blanco Viracocha logró escapar con algunos de sus partidarios, ganó el mar, y se alejó sobre un manto mágico mecido por las olas, no sin antes prometer que habría de volver.

El enigma del dios precolombino de Pierre Honoré.

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¿Quién fue Manco Capac?

Manco Capac y su hermana Mama Ocllo, vinieron a la tierra como hijos del Sol. Fundaron el imperio Inca.

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¿Cómo era la religión inca?

No conocemos demasiado bien la religión de los incas, que parece conservar mucho de los caracteres primitivos con totemismo, animismo y fetichismo. La religión inca se basaba en tótems, sacrificios y ritos creados por los sacerdotes que actuaban como médicos y adivinos.

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