Hace varios meses anuncié en el blog que no seguiría escribiendo sobre WordPress debido a varios factores. Uno de ellos consiste en la necesidad de escribir una novela. Sí, como lo leéis. No sé si me he vuelto loco, pero sin intentarlo siempre me quedaré con la duda. No sé dónde me llevará esta aventura, si me perderé por el camino o si el destino final será nefasto pero debo intentarlo. No es una tarea fácil pero con esfuerzo y perseverancia, nosotros los mortales, somos capaces de lograrlo. Otra variable es la calidad del trabajo aunque lo intentaré hacer lo mejor posible.
Mi misión: escribir una novela
Han sido unos meses muy intensos pero estoy contento del trabajo que va saliendo. Cuando empezamos a escarbar algo en cualquier materia, enseguida encontramos una profundidad sorprendente. No solo es el escribir gracias a la inspiración, sea sagrada o no, sino también cómo se cuenta la historia para que los lectores puedan entenderle. Incluso me permito soñar con algún lector se alegre de leer la novela.
Cuando me embarqué en esta odisea particular, no me imaginé todo lo relacionado con el mundo literario. Una decisión nada fácil que tiene un aspirante a escritor es el dilema publicar o autopublicar. Cada uno tiene sus ventajas e inconvenientes aunque creo que la línea que los separa tiende a difuminarse. Por un lado, cuando autopublicas conservas los derechos sobre tu propia obra pero la pata floja es el marketing, difusión y distribución. La editoriales tradicionales saben muy bien cómo hacer su trabajo pero te encadenan apropiándose de las decisiones. ¿Qué pasa si un escritor quiere probar suerte en el mundo sajón traduciendo tu propia obra? ¿Es justo no tener voz sobre tu creación? Ahora existen novelas autopublicadas con mucha calidad literaria o, incluso, alcanzan la fama sin ser un Quijote. La respuesta a la pregunta de porqué unas novelas obtienen fama y otras no daría para escribir páginas enteras y conversaciones de largas horas.
Si esta definición no fuera suficientemente complicada, también la tesitura sobre si encargar a un profesional la corrección de la novela para que sea presentable o, incluso, existe la posibilidad de contratar a un negro. Ahora bien, todo depende de nuestros objetivos, nuestra relación con la comunidad de lectores y la moral. La fama y la gloria están reservados a unos pocos en caso contrario cualquiera sería el siguiente Cervantes y no apreciaríamos una novela como Dios manda.
Tampoco nos olvidamos de ilustradores, correctores y lectores beta. Además, también están redes sociales, abogados o fotógrafos si nos lo montamos por nuestra cuenta. Pensándolo bien, como escritores nóveles nos corresponde una gran tarea en el marketing y difusión del libro aunque estemos acompañados por la editorial tradicional, máxime si es pequeña ya que son las más accesibles. Los editores tienen una cantidad de cartuchos al año, por tanto reflexionan muy bien con cual novela arriesgarse.
A pesar de todo lo anterior, todo esto será insuficiente si la fortuna decide que somos indignos de su misericordia. Cada escritor se dirige a una meta diferente. Unos buscan la fama; otros, dinero, algunos, el placer de publicar una obra. Desde luego publicar una novela ya es toda una hazaña.
Mundo creado en la novela
Vamos a entrar en materia: el mundo de Ferantir. Ya ha empezado la gestación y esperemos que su nacimiento sea antes que después. Quiero compartir con vosotros este proceso el cual espero sea creativo, divertido e instructivo para lectores y aspirante a escritor. Mi objetivo será desvelar las andanzas y desandanzas sobre cincuenta personajes que rondan por mi neurona (soy chico, tened piedad) los cuales desean contar una historia para vosotros. Como lector empedernido de literatura fantástica, avanzo que mi temática será la misma.
Cuando ese jueves me levanté de la cama pensando que necesitaba escribir una novela, no me imaginé que llegaría hasta aquí. Reconozco que al principio no sabía de que trataría ni los personajes que me acompañarían, pero día a día se fue desvelando los misterios literarios.
Durante las próximas semanas iré contando los primeros esbozos, impresiones e historias que las musas tengan a bien de trasmitirme. Además, opinaré, humildemente, sobre libros para intercambiar con vosotros criterios y valoraciones. ¡Qué comience la aventura literaria!
Por último pero no menos importante esta la sección de agradecimientos que me han permitido llegar hasta aquí. En primer lugar se encuentran las musas porque sin la inspiración otorgada para continuar día tras día no hubiera llegado a ningún sitio. En segundo lugar a mi tía Blanca, una de las pocas catedráticas de instituto jubiladas que quedan, sin tus consejos, coscorrones y sapiencia habría naufragado al principio. Tampoco me olvido de los lectores beta y vuestros esfuerzos para dar una crítica constructiva. Mi abogado, Manuel Triana, especialista en propiedad intelectual que me ha guiado en los laberintos legales y a Néstor Belda, profesor de técnicas narrativas, del que espero que sus ojos ya no sangren tanto y pueda volver a leer.