Se ha escrito mucho sobre el diluvio y ni los científicos se ponen de acuerdo, también es verdad que hablar de algo que sucedió hace miles de años es muy complicado. Ya sea real o no el diluvio universal está presente en muchas mitología a lo largo y ancho del mundo.
Hipótesis del diluvio universal
Lo malo de intentar entender que sucedió miles de años antes es la ausencia de un registro o de una Wikipedia que nos diga lo sucedido. Incluso, los griegos ya tuvieron ese problema sobre la Atlántida, cuyo conocimiento nos llegó gracias a Platón, se sitúa más de 9.000 años antes de su época. Por lo tanto, lleva a algunos estudiosos a sugerir que una sociedad de la Edad de Piedra que vivía cerca del mar Mediterráneo podría haber sido aniquilada por la subida del nivel del mar, un acontecimiento que podría haber servido de base para la historia.
Mesopotamia, al igual que otras civilizaciones cercanas a los ríos, era propensa a las inundaciones y éstas podían destruir todo su mundo conocido. Según el informe de la excavación de la década de 1930 en Shuruppak (la actual Tell Fara, Irak), las capas de Jemdet Nasr y de la Dinastía Temprana del yacimiento estaban separadas por una capa de arena y limo que se interpretó como una capa de inundación. Sin embargo, más recientemente se ha sugerido que la naturaleza de este depósito se asemeja más a la creada por la avulsión del río (es el abandono rápido del cauce y la formación de uno nuevo), un proceso que era muy común en el sistema fluvial del Tigris-Eufrates. También se han registrado capas similares en otros yacimientos, todas ellas datadas en períodos diferentes, lo que sería coherente con la naturaleza de las avulsiones fluviales.
La geografía de la zona de Mesopotamia cambió considerablemente con el llenado del Golfo Pérsico después de que las aguas del mar subieran tras el último período glacial. El nivel global del mar era unos 120 m más bajo en torno a 18.000 a.C y los niveles volvieron a subir sobre el 8.000 a.C. Estos cambios de niveles en el mar afectaba mucho a las primeras civilizaciones que se asentar sobre el mar y, también, porque era una enorme región baja y fértil de Mesopotamia.
Una hipótesis sugiere que un meteorito o un cometa se estrelló en el océano Índico en torno a los años 3.000-2.800 a.C., creando el cráter submarino Burckle, de 30 kilómetros, y generando un gigantesco tsunami que inundó las tierras costeras.
La historiadora Adrienne Mayor sostiene que las historias de inundaciones globales pueden haberse inspirado en antiguas observaciones de conchas marinas y fósiles de peces en zonas interiores y montañosas. Los antiguos griegos, egipcios y romanos documentaron el descubrimiento de estos restos en tales lugares; los griegos plantearon la hipótesis de que la Tierra había sido cubierta por el agua en varias ocasiones, citando las conchas marinas y los fósiles de peces encontrados en las cimas de las montañas como prueba de esta idea.
Las especulaciones sobre el mito de Deucalión han postulado un gran tsunami en el mar Mediterráneo, causado por la erupción de Thera (sobre el 1630-1600 a.C.), como base histórica del mito. Aunque el tsunami afectó al sur del mar Egeo y a Creta, no afectó a las ciudades de la Grecia continental, como Micenas, Atenas y Tebas, que siguieron prosperando, lo que indica que tuvo un efecto local y no regional.
La hipótesis del diluvio del Mar Negro ofrece una explicación controvertida de las inundaciones a largo plazo; la hipótesis argumenta una irrupción catastrófica de agua alrededor del 5600 a.C. desde el Mar Mediterráneo a la cuenca del Mar Negro. La hipótesis del impacto del Younger Dryas ofrece otra explicación natural propuesta para los mitos de las inundaciones; esta idea es igualmente controvertida.
De Mesopotamia al judeocristinianismo
Mesopotamia tiene la versión más antigua sobre un diluvio universal: se narra la la historia de Utnapishtim dentro del Poema de Gilgamesh, considerada la novela de fantasía más antigua, escrito aproximadamente en el 1600 a. C.
En la parte que nos interesa, el dios Enlil, señor de los cielos y de la tierra, decide destruir a la humanidad porque los humanos le resultan molestos y ruidosos. Ea (Enki), hermanastro de Enlil, advierte a Uta-na-pistim para que construya un barco para guardar semillas y animales, además de acompañantes. Cuando bajan las aguas, Uta-na-pistim suelta un cuervo para comprobar si llega a tierra. Uta-na-pistim, por último, hace una ofrenda a los dioses y estos quedan satisfechos por el sacrificio.
La tradición judeocristiana, de alguna forma, bebe directamente de Mesopotamia para contar el diluvio del Génesis. Como muchos ya sabrán, Noé construyó un arca en la que salvó a su familia y, también, a una pareja de cada especie animal ante el castigo impuesto por Dios. Diluvió durante cuarenta días y luego Noé soltó a una paloma para comprobar el descenso de las aguas.
Otros textos judeocristianos, los apócrifos, como el Libro de Enoc, el diluvio no solo fue un castigo hacia los hombres por obrar mal, sino especialmente en contra de un grupo de ángeles, los vigilantes, y los hijos gigantes de éstos, los nefilim. Estos seres habrían sido los causantes de un gran daño y desequilibrio entre los hombres, así que Dios limpió la tierra del mal mediante el diluvio.
El diluvio por el mundo
La Gran Inundación de Gun-Yu, también conocida como el mito Gun-Yu, fue una gran inundación que se prolongó durante al menos dos generaciones en China. Por lo que se produjo migraciones masivas para ir a sitios elevados, tormentas y hambrunas. En torno al tercer milenio a. C., según fuentes mitológicas e históricas, durante el reinado del emperador Yao, se produjo un gran diluvio.
Las Escrituras védicas de la India muestran a un rey, Svayambhuva Manu, que fue avisado del diluvio por una encarnación de Visnú en forma de un gran pez, Matsya Avatar. Matsya arrastró el barco de Manu y lo salvó de la destrucción. El diluvio hindú no provenía de las nubes, sino que se trataba de una crecida del océano situado en el fondo del universo, por lo que fue muy destructivo.
La mitología griega relata la historia de un gran diluvio producido por Zeus que quería eliminar a la humanidad, por haber aceptado el fuego que Prometeo había robado del Monte Olimpo. Deucalión, hijo de Prometeo, y su esposa Pirra fueron los únicos supervivientes. Prometeo le dijo a Deucalión que construyese una embarcación con todo lo necesario y sobrevivieron.
El mito griego dice que el diluvio fue ocasionado por el dios del viento del sur, Noto: «solo se dio salida al Austro, el cual se precipitó a la Tierra cargado de lluvia». Cuando se retiraron las aguas, el arca de Deucalión se posó sobre el monte Parnaso, en donde estaba el oráculo de Temis. El oráculo les profecitó para repoblar la tierra: «Vuélvanse hacia atrás y arrojen los huesos de su madre.» Deucalión y su mujer interpretaron que se refería a las rocas. Así, las piedras arrojadas por Deucalión se convirtieron en hombres, y las arrojadas por Pirra, en mujeres.
El Corán menciona un diluvio como una lluvia torrencial (Corán 54.11) enviada al pueblo de Nuh como castigo. La razón fue que el pueblo de Nuh practicaba el politeísmo. El propio Noé le pide a Alláh que no deje con vida a ningún infie, entonces Alláh abrió las puertas del cielo e hizo manar fuentes en la tierra. A diferencia del Génesis, la mujer de Nuh no se salvó porque le traicionó. Uno de los hijos de Nuh no se subió al arca creyendo que sobreviviría en lo alto de las montañas, pero se ahogó. Cuando la tierra tragó el agua y el cielo escampó, la embarcación se posó en el Chudi; después, Alláh favoreció otra generación.
Los chibchas o muiscas tienen una leyenda. El alma de los hombres se vio invadida por la codicia, la ambición, el egoísmo, el ansia poder hasta tal punto que olvidaron la enseñanzas de Bochica, el dios que civilizó a los hombres. Entonces Chibchacún, dios del bien y el mal, creo un aguacero sin fin que inundó la sabana. El diluvio había arrastrado viviendas, árboles, cultivos y animales en pocas semana. Los hombres y las mujeres imploraron a los dioses el perdón por sus desmanes y debilidades. Vislumbraron un rayo de luz en el horizonte que era Bochica, con su túnica, cabellera y barbas blancas, apareció sosteniendo en su mano derecha una vara que blandía hacia el cielo. Al instante la lluvia cesó y el cielo se despejó. Bochica se dirigió hacia una inmensa roca junto a la cima del cerro y mientras balbuceaba algunas palabras, tocaba las enormes piedras con su cayado, en medio del silencio abrumador de la comunidad. Con la vara abrió en medio de una colosal roca un abismo por el que se drenó el agua. La sabana ahora era más verde y más fresca. Bochica hizo una señal con la vara a los hombres y apareció el arcoíris como símbolo de la mediación entre los humanos y los dioses. La roca era el Salto de Tequendama. Los muiscas volvieron a sus labores y a sus actividades, despojados de maldades y codicias, preparados para enfrentar más adelante otras tormentas invasoras.
Las tradiciones del pueblo amerindio mapuche cuentan la inundación el planeta al luchar entre sí dos serpientes, Tren tren vilu y Caicai Vilu. Tren tren vilu era protectora de los hombres y Caicai vilu, enemiga. Un día fueron advertidos por Tren tren vilu de que Caicai Vilu quería exterminarlos por una terrible salida del mar y les instó a refugiarse en el cerro sagrado que ella habitaba. Solo unos pocos la hicieron caso. Al final hubo una gran inundación y los refugiados con ella se salvaron. Los que fueron alcanzados por las aguas se convirtieron en peces, cetáceos y rocas.
Los mayas tienen una historia en el Popol Vuh (la biblia maya) que Uk’u’x Kaj (Corazón del Cielo) o Huracán creó un diluvió para eliminar a los hombres de madera porque éstos habían olvidado a los dioses. Se dice que sus descendientes son los simios que viven en las selvas. Luego se creó al hombre como lo conocemos.
El manuscrito de los mexicas llamado Códice Borgia o Códice Vaticano recoge la historia del mundo dividido en edades y narra que la última terminó con un gran diluvio a manos de la diosa Chalchitlicue, diosa de los lagos y las corrientes de agua.
La mitología inca cuenta que Viracocha destruyó a los gigantes con una gran inundación. Dos personas, Manco Cápac y Mama Ocllo, sobrevivieron en cuevas selladas que luego repoblaron la tierra.
Las leyendas de los indígenas llamados uros o urus dicen que fue en el lago Titicaca donde se vieron los primeros rayos del Sol tras el diluvio universal.
Los Kawesqar o Alacalufes, de la Tierra del Fuego situada en el extremo austral de América del Sur, sostienen que una gran inundación tuvo lugar en el mundo cuando un joven cazó a una nutria para regalarle una buena comida a su novia que por tabú no podía ser cazada. El espíritu de las aguas, dolido por esta afrenta, incrementó el nivel del mar para vengarse de toda la humanidad. Al final del relato, el joven y su novia se salvaron al subirse a elevados cerros; paradójicamente, ellos fueron los encargados de repoblar la tierra.
La tradición de los taínos del Caribe, dice que Yukiyu o Yukahua, dios, creó una gran inundación y las personas se salvaron gracias al bosque fluvial del Yunque.
La mitología de los guaraníes, en América del Sur, cuenta que hubo un tiempo conocido como «Yvy tenonde» (primera tierra) en el que los hombres y los dioses convivían en paz y existía la abundancia y no existían enfermedades o penurias. Jeupié transgredió el tabú máximo: el incesto, al copular con la hermana de su padre; por lo tanto, esto fue castigado con un diluvio que destruyó aquella tierra primera y produjo la partida de los dioses hacia su morada celestial. Entonces los dioses crearon otra tierra para los supervivientes, pero era imperfecta donde existía el sufrimiento y la muerte. Desde entonces el ser humano está condenado a la búsqueda de aquella primera tierra perdida.
La tradición del pueblo rapanui de la Isla de Pascua afirma que sus ancestros llegaron a la isla escapando de la inundación de un mítico continente o isla llamada Hiva.
La tribu moussaye, en Chad, cuenta la historia de que una vez una familia vivía en un lugar remoto y la madre quiso preparar una comida para su familia. En aquel tiempo el cielo estaba mucho más cerca que ahora. Cogió el mortero con su majador para moler el grano y hacerlo harina. Majó el grano con todas sus fuerzas, pero cuando molió la madre alzó el majador tan alto que hizo un agujero en el cielo. Empezó a caer mucha agua y llovió durante siete días y siete noches hasta que toda la tierra quedó anegada. Conforme caía la lluvia, el cielo se iba levantando, hasta que llegó a la altura inalcanzable que ahora tiene. Desde entonces perdimos el privilegio de tocar el cielo con la mano.
Un poco de reflexión sobre el diluvio universal
Me parece sorprendente que culturas distanciadas entre sí por el tiempo y el espacio repitan el diluvio universal en sus mitos y leyendas más allá de la idiosincrasia de cada pueblo. La pregunta que me hago es, ¿el diluvio universal fue a consecuencia de algo natural o de algo provocado?