Tenemos varias fuentes sobre los inicios del mundo en la mitología griega que además están llenas de metáforas. Aparte de evolucionar y darnos puntos de vista diferentes, tenemos puntos comunes con otras mitologías. ¿Por qué?
Los pelasgos en la mitología griega
Aunque creamos que la Antigua Grecia está muy lejos en el tiempo, antes de la llegada de los helenos previamente existían otros pueblos que se denominan pelasgos independientemente de su cultura. Es un término comodín.
Estos pueblos creían que en el principio Eurínome, la diosa de todas las cosas, surgió del Caos. Como no conseguía nada sólido en lo que apoyarse separó el mar del firmamento y bailó entre sus olas. Así creó el viento del norte y del sur. Cuando Eurínome tocó al viento del norte, surgió Ofión, la gran serpiente. Que poco después dejó encinta a la diosa.
La diosa escapó con la forma de una paloma y, luego, puso el Huevo Universal. Eurínome pidió a Ofión que se enroscara siete veces sobre el huevo y así salió todo: sol, luna, estrellas, planetas, estrellas, tierra, ríos, árboles y criaturas vivientes.
La diosa y Ofión residieron en el monte Olimpo, pero la serpiente intento ser el único autor de la creación y Eurínome le arrancó los dientes con un talonazo y la desterró a las oscuras y profundas cavernas en la tierra.
Eurínome creó a los siete potencias planetarias (Sol, Luna, Marte, Mercurio, Júpiter, Venus y Saturno) y puso a un titán y a una titánide al mando de cada uno. El primer hombre fue Pelasgo y surgió del suelo de Arcadia. Enseñó a otros hombres a construir chozas, alimentarse de bellotas y coser túnicas de piel de cerdo.
Significado de los pelasgos
Partiendo de la hipótesis que han sobrevivido pocos textos griegos sobre los mitos prehelénicos, intentaremos entender a esta cultura. Este sistema religioso no tenía sacerdotes ni dioses. Solo existía una diosa creadora y sus sacerdotisas que eran el centro de la cultura matriarcal. La paternidad era atribuida al viento, a la ingesta de habichuelas o, incluso, a la ingestión accidental de los insectos.
Eurínome significa «amplio, vagabundo» era el título de la diosa como luna, en sumerio era Uahu «paloma eminente», título que más tarde pasaría a Jehová como el Creador.
Respecto a Ofión o a Boreas, el viento del norte, suelen ser lo mismo y también salen los mitos hebreos y egipcios. Los pelasgos nacidos de la tierra pretende simbolizar que brotaron de los dientes de Ofión que originariamente podía ser pueblos del neolítico a Grecia sobre el 3500 a.C. a través de Palestina.
Los titanes, significa «señores», y la titánides tenían sus equivalentes en las mitologías babilonia y palestina arcaica en los que se regían por los siete días de la semana planetaria. Luego el culto a los titanes fue abolido en Grecia y su número pasó a ser de doce, seguramente influencia de los signos del zodiaco. Cada planeta tenía una función: el Sol, iluminación; la Luna, encantamiento; Marte, crecimiento; Mercurio, sabiduría; Venus, amor, Saturno, paz. Los astrólogos griegos asignaron nombres a los dioses griegos que, posteriormente, a través de sus equivalentes latinos todavía se conserva sus nombres en las semanas francesa, italiana y española.
Mitos homéricos y órficos en la creación
Homero pensaba que todos los dioses y todas las criaturas vivientes surgieron del Océano que circunda la mundo y que Tetis fue la madre de todos sus hijos.
Los órficos, seguidores de Orfeo (maestro de encantamientos), por su parte, piensan que la Noche de alas negras fue cortejada por el Viento y puso un huevo de plata en el seno de la Oscuridad. Eros salió del huevo y puso en movimiento el universo, esta deidad tenía doble sexo, cuatro cabezas y alas doradas produciendo el sonido de diferentes animales.
La noche vivía con Eros en una cueva y se manifestaba como una tríada: Noche, Orden y Justicia. Delante de la cueva se sentaba Rea con un tambor de latón para llamar la atención de los oráculos de la diosa. Eros creó la tierra, el cielo, el sol y la luna. La diosa triple (Noche) gobernó el universo hasta que su cetro pasó a Urano.
Significado de homero y de órficos
Con la llegada de los griegos, los mitos arcaicos empiezan a cambiar. Primero, con Homero se empieza con una versión de la fábula de la creación de pelasgo, ya que él identificaba a Tetis con Eurínome y Océano con Ofión.
Ya los órficos empiezan a patriarcalizar los mitos con Eros y su doctrina se basaba en el amor y en la relación apropiada entre los sexos. El huevo de plata simboliza la luna, las cuatro cabezas, a los animales simbólicos de las cuatro estaciones: carnero con la primavera, león con el verano, serpiente con el invierno y toro con el Año Nuevo.
El traspaso del cetro de la noche es el advenimiento del patriarcado entre la triple diosa y Urano.
Mito olímpico en los griegos
La Madre Tierra emergió del Caos y dio a luz ella sola a Urano. Su hijo derramó una lluvia fértil sobre su madre y produjo toda clase de vegetación. La misma lluvia creo a los ríos y a los mares.
Sus primeros hijos fueron los tres gigantes de cien manos, luego vinieron los cíclopes, constructores de murallas inmensas y maestros herreros.
Otros comentan que al principio estaba la Oscuridad y luego nació el Caos. A partir de ahí se crearon la Noche el Día, El erebo y el Aire. Luego surgieron la Muerte, sentimientos como la Discordia o la Miseria, las tres Moiras y las tres Hespérides.
De la unión del Aire y del día nacieron la Madre Tierra, El Cielo y el Mar. Del Aire y de la Tierra surgieron más sentimientos como el Terror, la Ira o el Orgullo, y los Titanes: Océano, Metis, Tártaro…
Aquí cobra especial importancia Prometeo, hijo del titán Jápeto, que creó a los hombres a partir de arcilla y agua a semejanza de los hombres.
La tercera versión habla sobre que el dios de todas las cosas, surgió solo del Caos: separó la tierra del cielo, el agua de la tierra y el aire superior del inferior. Creó las estaciones, los cuatro vientos y los planetas y los animales. Finalmente creó al hombre: el único animal que mira hacia el cielo y observar las lunes y las estrellas. Aquí también se mezcla el mito el Prometeo.
Significado del mito olímpico
El primer mito con un Urano ya como dios patriarcal empezó con el sistema religioso olímpico. Por cierto, Urano proviene de la forma masculina de Ur-ana: «reina de las montañas», «reina de los vientos» o «reina del verano». Además, el casamiento de Urano con la Madre Tierra explica la invasión helénica de los pueblos pelasgos.
La explicación de los gigantes proviene de los pueblos prehelenos que eran descritos como «de cien manos», a lo mejor porque sus sacerdotisas estaban organizadas en colegios de cincuenta o los grupos de guerreros estaban organizados por cien hombres.
Los cíclopes puede que fueran un gremio de forjadores previos a los helenos. Cíclope significa «el de ojo anular» y es probable que se tatuaran anillos concéntricos en la frente en honor al Sol, fuente del fuego. Además de que los herreros se solían tapar un ojo para evitar las chispas que vuelan.
En el mito con la creación de los sentimientos nos remitimos a Hesíodo y a su Teogonía con el origen de los mitos griegos. La lista de sentimientos queda confusa además de juntarse con las Nereidas, los Titanes y los Gigantes que metió en su obra. Las tres Moiras y las tres Hespérides con las triple diosa luna en su aspecto mortífero.
El último relato fue tomado por los griegos desde la epopeya de Gilgamesh, la primera novela de fantasía, en el que se hablada de que la diosa Aruru sumeria (babilónica) había creado al primer hombre. Aunque se consideraba a Zeus el creador universal, admitieron que pudo ser una creadora. Es más, los judíos como herederos de los pelasgos, una hembra «Espíritu del Señor» en el Génesis empolla en la superficie del agua, aunque no pone el huevo universal y Eva, la madre de todo lo viviente, recibe la orden de machacar la cabeza de la Serpiente, aunque ésta no descenderá al Abismo hasta el fin del mundo.
El Talmud hebreo recoge en la creación de Adán por parte del arcángel Miguel, equivalente de Prometeo, con polvo por orden de Jehová. Jehová le da la vida y luego se crea a Eva que, como Pandora, lleva la desgracia a la humanidad.